martes, 8 de enero de 2013

Drogas que no parecen tales: Azucar





Resulta innegable que a partir de su aparición, el azúcar ha jugado un papel clave en gran parte de los sucesos transcurridos en el desarrollo de la humanidad. Los imperios español, inglés y francés -entre otros- hicieron uso del dulce para enriquecerse. Al azúcar se le menciona como una de las causas que desataron las Cruzadas, se le atribuye la responsabilidad sobre el tráfico de esclavos hacia América, se le acusa de ocasionar toda una serie de plagas inexistentes antes de su aparición, como el escorbuto y lo que hoy se conoce como diabetes y actualmente comienza a ser identificada como una de las principales causantes de enfermedades nerviosas, especialmente entre los niños.





Azucar




Origen

El azúcar no era conocida en la antigüedad. Ninguno de los libros antiguos la menciona. Los profetas sólo consignan unas cuantas cosas sobre la caña de azúcar, un raro y caro lujo importado de tierras lejanas. Se atribuye al imperio persa la investigación y el desarrollo del proceso que solidificó y refinó el jugo de la caña, conservándolo sin fermentación para posibilitar su transporte y comercio. Esto ocurrió poco después del año 600 de nuestra era y comenzó a usarse como medicina. En esa época, un trocito de azúcar era considerado como una rara y preciada droga. La llamaban sal India o miel sin abejas y se importaban pequeñas cantidades a un gran costo. Herodoto la conocía como miel manufacturada y Plinio como miel de caña.


Etimología

Durante la época de Nerón un escritor le puso el nombre de saccharum. Dioscorides hace referencia a «una especie de miel sólida llamada saccharum, que se encuentra en las cañas en la India y en la Arabia; tiene la consistencia de la sal y es crujiente». El nombre en latín medieval para un trozo de esa preciosa sustancia fue substituido más tarde en occidente por el de azúcar. La palabra original en sánscrito continuó siempre relacionada con sal de India, sobreviviendo su transición a través de las lenguas del imperio árabe y de las lenguas latinas. De hecho el sánscrito khanda se convirtió en la palabra candy (caramelo) en el idioma inglés.


QUÍMICA


Identificación


El azúcar se produce a través de un proceso químico a partir del jugo de caña o de remolacha, eliminando toda la fibra y las proteínas que forman el 90% de dichas plantas.
En su libro Veneno en el alimento, el Dr. Lezner describe el proceso de extracción del azúcar en los siguientes términos:

Las remolachas se cortan en trozos después de lavarlas y luego se lixivian. Para dejar limpio el líquido que contiene el azúcar, se le añade cal. En este momento, la reacción alcalina destruye casi todas las vitaminas. En el líquido, mezclado con cal viva, se introduce dióxido de carbono, para así precipitar la cal. El líquido "saturado" se conduce hacia las bombas de filtración que separan las el líquido azucarado de las impurezas. Tras otro tratamiento con sulfato de calcio, por el cual el ácido sulfúrico lo decolora hasta dejarlo casi blanco, se hierve el líquido hasta que espesa. Una centrifugación permite separar el jarabe del azúcar crudo llamado melaza, un producto que contiene muchas sustancias que no son propias del azúcar.

La melaza se utiliza para preparar una sustancia similar al alcohol de quemar y para alimentar al ganado. En las refinerías, este azúcar crudo se ha de transformar todavía en azúcar común o de consumo, para lo cual ha de pasar por varios procesos más de limpieza con carbonato de calcio, de blanqueo con ácido sulfúrico, de filtración a través de carbón de huesos y de cocción hasta obtener los cristales.




Composición


El azúcar de color blanco que se vende y consume comúnmente, es sacarosa refinada. Su fórmula química es: C12H22O11.


Formas de adulteración

No existen.


FARMACOLOGÍA


Mecanismo de acción y formas de empleo

Como es sabido, las funciones cerebrales dependen de los niveles de glucosa. La falta de este combustible cerebral puede ocasionar desde hipoglucemia hasta esquizofrenia debido a que el cerebro se encuentra "hambriento" de glucosa. El azúcar refinado es una glucosa bastante simple que por su misma composición no requiere de un largo proceso de digestión, el hígado prácticamente no tiene que sintetizarla y por lo mismo llega con asombrosa rapidez al sistema nervioso.

Para que el organismo funcione en condiciones óptimas, la cantidad de glucosa sanguínea debe estar en equilibrio con la cantidad de oxígeno sanguíneo.

Refiriéndose a los efectos psíquicos del consumo del azúcar, el Dr. M.O. Bruker , explica que la elevación en los niveles normales de glucosa ocasionada por su ingestión, se experimenta como una leve euforia. Las consecuencias del regreso a los niveles normales, es decir, la baja de glucosa, se halla en relación directa con la cantidad de azúcar consumida. Si ésta fue baja, la sensación es de una leve disforia. Entre mayor haya sido la cantidad, la baja estará más cercana a experimentarse como una sensación depresiva que William Dufty ha dado en llamar sugar blues (tristeza del azúcar).

Lo que normalmente suele ocurrir a toda persona que consume azúcar en forma cotidiana, es que sus niveles de glucosa se mantienen permanentemente por encima del nivel regular, es decir, rara vez se experimentará una baja hacia la auténtica normalidad en los niveles de glucosa. La mayoría de la población mundial literalmente vive bajo los efectos del azúcar sin saberlo y sin notarlo. Este desequilibrio permanente está siendo asociado con diversas enfermedades nerviosas, especialmente en los niños.


Usos terapéuticos

Ninguno conocido.


Dosificación


Una pequeña cucharada, esto es alrededor de 100 mg, basta para ocasionar una elevación en los niveles de glucosa en personas sensibles. El equivalente a una taza de azúcar 250 mg, puede considerarse ya como una dosis alta. No hay reportes sobre dosis letales.


Efectos psicológicos y fisiológicos

Como ya se indicó en los mecanismos de acción, la ingestión de azúcar suele experimentarse como una leve euforia. En su Primer Manual de Nutrición Consciente, Laura Urbina lo explica en los siguientes términos:

Mientras la glucosa es absorbida por la sangre, nos sentimos animados. Un estímulo veloz. Sin embargo, a este impulso energético le sigue una depresión, cuando el fondo se desprende del nivel de glucosa sanguínea. Estamos inquietos, cansados; necesitamos hacer un esfuerzo para movernos o incluso pensar. Hasta que se eleva de nuevo el nivel de glucosa… Podemos estar irritables, hechos un manojo de nervios, alterados. La gravedad de la crisis doble depende de la sobredosis de glucosa. Si continuamos tomando azúcar, una nueva crisis doble empieza siempre antes de terminarse la anterior. Las crisis acumulativas al final del día pueden ser enloquecedoras. Tras varios años con días así, el resultado final son glándulas adrenales enfermas, agotadas no por exceso de trabajo, sino por un ajetreo continuo. La producción de hormonas, en general, es baja. Las cantidades no se amoldan. La alteración funcional, desequilibrada, se refleja en todo el circuito endocrino. Muy pronto el cerebro puede encontrarse en dificultades para distinguir lo real de lo irreal; estamos expuestos a volvernos precipitados, cuando el estrés se interpone en el proceso, nos desmoronamos porque no tenemos ya un sistema endócrino sano para enfrentar cualquier contingencia. Día a día nos encontramos con una falta de eficiencia, siempre cansados, nada logramos hacer, realmente sufrimos los “sugar blues” (o depresiones del azúcar)… Puesto que en algunas personas las células cerebrales dependen totalmente de la taza de azúcar en la sangre en cada momento para alimentarse, son quizás las más susceptibles de sufrir daños. La alarmante y creciente cantidad de neuróticos en el mundo lo evidencia claramente. No todos llegan al final. Algunas personas empiezan con glándulas adrenales fuertes; otras no. Los grados de abuso de azúcar y de melancolía varían, sin embargo, el cuerpo no miente - si se toma azúcar, se sienten las consecuencias.

Ya son varios los especialistas que atribuyen al azúcar los índices cada vez más elevados de niños hiperactivos, la inhabilidad para aprender y diversas alergias. El estudio del historial diario de los pacientes diagnosticados como esquizofrénicos revelan que su dieta es excesivamente alta en azúcar y otros elementos que estimulan la producción de adrenalina como la cafeína y el alcohol.

En cuanto al aspecto físico, se sabe que la ingestión continua de azúcar provoca la aparición de caries y ennegrece los dientes. En personas con glándulas adrenales débiles puede afectar el páncreas hasta causar diabetes. En algunos casos el abuso continuado conduce a la hipoglicemia.

En personas sanas, se relaciona también con el aumento de peso ya que el azúcar es un carbohidrato y el exceso de los mismos se convierte en grasa. Se ha encontrado también que al consumir azúcar el cuerpo elimina el calcio en mayor cantidad, de tal manera que el organismo se ve forzado a sustraerlo de los huesos y los tejidos que son las únicas partes en donde lo almacena el cuerpo. El desgaste de calcio en huesos causa que se vuelvan porosos y frágiles, lo cual finalmente conduce a la osteoporosis.

El consumo constante de este psicoactivo también atrofia el rendimiento de las glándulas, causando poca secreción de hormonas o alterando la composición química de las mismas, puesto que se ha podido comprobar que el azúcar afecta la correlación de minerales en el organismo. Por último, estudios recientes vinculan al azúcar con problemas en el sistema inmunológico, tal como lo denuncia la doctora Nancy Appleton en Lick the sugar habit:




Una de las substancias aparentemente inofensivas y sin embargo una de las que mayores problemas crea al atacar nuestro sistema inmunológico es el azúcar. Los macrófagos quedan atorados en el azúcar y se imposibilita su acción. La misión de los macrófagos consiste en destruir, bloquear y activar la inmunidad cuando detectan la presencia de una toxina, un virus o una bacteria… Cada vez que ingerimos azúcar, aunque sea tan poco como dos cucharadas, las proporciones de minerales entran en desbalance. Este desbalance a su vez, en personas ya enfermas, puede durar horas y a veces ya no se recuperan. Cuando los minerales del cuerpo están en desbalance día tras día, año tras año, posiblemente por generaciones, la habilidad del cuerpo para volver a su homeostasis está agotada. El cuerpo ya no puede volver a su armonía o balance… Resulta pues increíble que las autoridades del Departamento de Salud Pública de diferentes Naciones sigan manteniendo al público en la total ignorancia. Lo más que se ha conseguido es obligar a indicar en la etiqueta de los productos industriales si contienen azúcar, cosa que aparece prácticamente en el 90% de los mismos ya que ¡incluso los productos salados son conservados en azúcar!

Potencial de dependencia

Considerablemente alto. La dependencia es de tipo psicológico y físico. Su síndrome de abstinencia se experimenta hasta después de varias semanas de haber descontinuado totalmente el uso de azúcar y alimentos que lo contengan. Sus síntomas incluyen depresión, fatiga, nerviosismo, ansiedad por comer alimentos dulces, falta de concentración, alergias e hipertensión. En grado extremo la dependencia al azúcar se presenta como hipoglucemia, en cuyo caso una privación de alimentos dulces puede conducir a ataques fatales.


¿Qué hacer en caso de emergencia?


En una crisis de hipoglucemia, se presenta una súbita baja de glucosa sanguínea que ocasiona sudor, temblor, ansiedad, taquicardia, dolor de cabeza, sensación de hambre, debilidad, convulsiones y en casos extremos, convulsiones y muerte. El individuo que presente una crisis de este tipo debe ingerir de manera inmediata glucosa o alimentos que contengan azúcar suficiente para restablecer los niveles.



Referencias

1. Appleton, Nancy: Lick the sugar habit, Avery, USA, 1988.
2. Brau, Jean-Louis: La historia de las drogas, Bruguera, España, 1973.
3. Brailowsky, Simón: Las sustancias de los sueños: neuropsicofarmacología, FCE-CONACYT, México, 1995.
4. Bruker, M. O.: ¡Azúcar azúcar! Cómo evitar la perniciosa influencia del azúcar en la alimentación actual, Integral, España, 1994.
5. Dufty, William: Sugar Blues, Centro Macrobiotico Maldonado, Uruguay, 1987.
6. Escohotado, Antonio: El libro de los venenos, Ómnibus– Mondadori, España, 1990.
7. Factas about: Caffeine, Alcoholism and Research Foundation, Toronto Canada (Internet).
8. Musacchio, Humbreto: Diccionario enciclopédico de México, Tomo I, Andrés León Editor, México, 1990.
9. "Sugar does not affect children behaivor" The New England Journal of Medicine, Enero de 1996, Vol 2, No. 1, Massachusetts Medical Society, USA.
10. Urbina, Laura: Primer Manual de Nutrición Consciente, Grupo Tepozcahuic A.C., México, 1997.
11. Weil, Andrew y Winfred Rosen: Del café a la morfina, Integral, España, 1993.
12. Cunningham, Danna y Andrew Ramer: The Spiritual dimensions of healing addictions, Cassandra Press, CA, USA, 1986.
13. Cunningham, Danna y Andrew Ramer: Further dimensions of healing addictions, Cassandra Press, CA, USA, 1988.




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